El consumo de insectos ha sido dieta en México desde la época prehispánica.

La hormiga chicatana es una opción a la hora de comer.

El consumo de insectos ha sido dieta en México desde la época prehispánica.

Guisado de hormiga Chicatana

La hormiga chicatana es una buena opción para comer un platillo distinto a los cortes y carnes habituales, “porque tienen un sabor rico y tienen muchas proteínas”

Estos insectos alguna vez fueron un alimento que se comía en casa de manera ordinaria, como parte de la dieta en las culturas prehispánicas en México, pero ahora las Hormigas chicatanas, “una de las especies más grandes y voladoras”, se venden a altos precios en negocios y restaurantes lujosos y de prestigio incluso internacional.

Apenas una bolsa de chicatanas vivas de poco menos de un kilo, se encuentra desde unos 900 pesos, hasta los dos mil, según el lugar. Son un lujoso deleite al paladar, disponible por algunos días al año, en que re encuentran por millones y eso se refleja bien en el precio.

Hoy en día, una gran variedad de insectos aparece en la carta de algunos restaurantes, pero también en algunos rincones no muy sonados de nuestro país se encuentran lugares que ofrecen cocina “denominada, de recuperación”, cocineras que de conocimiento de los abuelos, reintegran al menú recetas realizadas con insectos, animales y hiervas comestibles, para dar al comensal que busca nuevas experiencias culinarias, la opción idónea de un alimento sano, balanceado y de sabor nuevo y fresco.

Existe ya un movimiento gastronómico internacional que ve a los insectos como parte de su futuro alimenticio, incluso se han creado criaderos y granjas en algunas ciudades.

Los niveles de proteína varían entre insectos y difieren dependiendo de cómo se preparan y acompañan, algunos estudios realizados han demostrado que los insectos tienen niveles de proteína por encima, en mismos gramos a la carne.

Algunos expertos han incluso comentado que el consumo de insectos genera un bajo efecto ambiental, incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha llegado a considerarlo como un alimento del futuro.

“Sin embargo, todo abuso termina por generar un deterioro en el ecosistema, si hablamos que el insecto es parte primordial en la polinización.”

Chicatana & Grillos

Algunas maneras de comer las hormigas es tostarlas, quitarles las alas y masticar como botana, también se disponen en tortitas en salsa roja u otras salsas como platillo principal.

Otros sólo comen las colas, en lugar de todo el cuerpo y las alas, o también se exprime su interior para extraer una sustancia blanca y grasosa para hacer una salsa cremosa, acompañada con chile de árbol.

Una de las opciones en que más se preparan las chicatanas, es triturarlas y mezclarlas con sal de mar para hacer un batido granulado para el mezcal, no tan diferente a la “sal de gusano” utilizada comúnmente por amantes de este aguardiente.

Es difícil predecir si los comensales tomen como novedad comer hormigas voladoras, o si se ponga de moda, lo que sí estamos seguros, es que estamos presenciando el comienzo de un movimiento mayor hacia el consumo regular de insectos en sus distintas variedades.

En México cada año, cuando aparecen y revolotean las chicatanas los cielos del sureste, surge la emoción y empeño de los cazadores armados con ramas y redes para abatir en vuelo a estas hormigas voladoras, para aquellos cocineros que tendrán listas sus parrillas  y cazuelas, para el resurgimiento de las recetas ancestrales, en un plato que no esta por debajo de los 150 pesos, en cocinas tradicionales y en restaurantes de “prestigio” los 400 pesos como mínimo.

!Buen provecho¡

 

Jaime A. Guzmán / a-tiempo.mx

 

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