*SI SE MUERE MI HIJO, YO ME MUERO CON ÉL*
_Por: Ángeles León Cruz_
Estaba leyendo la triste noticia del caso de Norma Lizbeth, la menor de 14 años de edad, quien apenas estudiaba el tercer grado en la Escuela Secundaria Oficial 0518 en Teotihuacán, aquí en nuestro “querido” Estado de México, y debo confesar que vi más de cinco veces el video para tratar de entender qué provocó que una de sus compañeras la golpeará en varias ocasiones en la cabeza, a tal grado de provocarle la muerte días posteriores.
Como madre de un pequeño de dos años, mi mente pensaba: “si se muere mi hijo, yo me muero con él”, porque no concibo mi existencia sin él, sin sus días de risas, sin sus momentos de travesuras, quizá quienes somos mamás me entenderán que nuestros hijos se convierten en nuestra vida entera.
Todo esto se los platico, porque no logro entender en qué sociedad estamos viviendo, en la que no hay vigilancia y autoridad de parte de nuestro sistema educativo y me pregunto ¿quién esta cuidando a nuestros hijos cuando estamos trabajando?, ¿qué pasa por la cabeza de una menor de edad para golpear a una compañera con tanto odio?, ¿dónde están sus papás?, ¿por qué nadie la ayudo?, ¿cómo se encuentran los padres ante el fallecimiento de su hija.
Siempre he dicho que la base de todo es la “familia”, pero también hay gran responsabilidad de las autoridades educativas, quienes en su papel de “institución” debe velar siempre por la integridad de cada uno de sus alumnos.
Me da coraje ver este tipo de noticias porque es inimaginable el dolor de sus familiares ante la perdida irreparable de esta menor de edad con muchos sueños e ilusiones, tan solo tenía 14 años de vida y seguramente las autoridades del Estado de México darán castigo a su agresora, pero como mamá les puedo decir que no hay nada, absolutamente nada que repare el dolor, un dolor que prevalecerá toda la vida.
Les platique que tengo un pequeño de dos años, como mamá trabajadora, desde que tenia tres meses fue a la guardería, hace como 15 días aproximadamente mi hijo llego con un rasguño en la cara y me dijo: mamá Diego me pego en la cara, me dio mucho coraje y de inmediato le dije cuando te pegue también pegale.
Pero esto no es lo que quiero para mi hijo, ¿Por qué tenemos que enseñarles a nuestros hijos a defenderse o ser agresores en lugar de enseñarles a respetar?
Porque tristemente, he visto casos en donde los papás se sienten orgullosos de ver como sus pequeños violentan a los demás por un juguete y son conductas que se convierten en normales y que con el paso de los años la agresividad aumenta.
También me imagine y me pregunte ¿qué sería de mi como mamá si mi hijo fuera el agresor y lastimará a uno de sus compañeros?, fue ahí donde me dije a mi misma que no podemos educar a nuestros hijos a que respondan la violencia con más violencia, mucho menos a que ejerzan violencia.
Por favor papás seamos conscientes desde el núcleo de nuestra familia, hoy les pido que inundemos a nuestros hijos de amor, de cariños y les enseñemos que no está bien agredir a nadie, recuerden que quien tiene amor transmite amor.
Les pido que les demos la confianza para que si están pasando por un caso de Bullying nos lo hagan saber y juntos busquemos una solución.
Les pido que tomemos parte de nuestro tiempo para platicar con ellos, para ver como están, cómo se siente, qué piensan, y si detectamos algo inusual actuemos. Esta vez le cortaron las alas a Norma, no esperemos a que el caso se aproxime a un familiar para darnos cuenta de lo valiosa que es el papel de la familia para evitar más tragedias como esta.
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